Yo soy absolutamente ateo; además soy también anticlerical. Claro que yo lo tengo fácil: me educaron así. La religión me parece un resto de los antiguos mitos que trataban de explicarse el mundo y, sobre todo, un elemento muy eficaz para controlar al pueblo mediante superticiones y creencias en poderes superiores; también, claro, una tabla de salvación para los que no creen en el mundo. Y la Iglesia, la empresa perfecta que supo canalizar el producto.
Joni Karanka reflexiona sobre la necesidad de la religión para el hombre: “El hecho más curioso me parece la asignación del papel de la religión a cualquier fenómeno que no sea bien comprendido en un tiempo. Primero fue la cosmogonía, el orden de la tierra en el sistema solar y los fenómenos naturales. El mundo físico podía comprenderse tanto como un sistema mecánico “automático” como un sistema mecánico dispuesto por una divinidad. Esto hizo que el campo de acción de la religión se acortara. La llegada de la evolución, y posteriormente de la comprensión de la transmisión de la vida, ambos de un modo mecánico (la evolución y el ADN), apartaron nuevamente a la religión de explicar la vida.”
El “framework” de la religión.