Daniel Rodríguez Herrera está indignado porque la prensa se lanzó a difundir que el pavo de Bush en Irak era de plástico y no lo era; en realidad, era de carne y hueso (carne y hueso de pavo), pero estaba pintado con un embellecedor que lo inutilizaba como alimento pero lo dignificaba para la televisión. El error es, pues, parcial: no era de plástico, pero sí un paripé para la prensa. Y la maniobra de propaganda fue tan descarada que la anécdota del pavo es el perfecto elemento disparador de la crítica.
El pavo de plástico: “Para el día 8 de diciembre, la historia del “pavo de plástico” ya era una verdad establecida. El director de ABC dedicaba una tercera a poner verde a Bush, dando a la anécdota un grado de categoría tal que provocaba en él profundas reflexiones que iban de la profesión periodística a Winston Churchill:
¿tenemos los periodistas derecho a la ingenuidad, disponemos del grado de perspicacia suficiente para escrutar la verdad de la mentira, la apariencia de la realidad? Por lo que se ve, ciertamente el señor Zarzalejos carece de ella.”
2004-01-02 01:12 Olvidas mencionar el pequeño detalle de que los pavos de adorno sean habituales en los Días de Acción de Gracias militares useños; claro que quizá eso fastidie tu argumento de que estaba preparado “para la tele” (dicho sea de paso, yo no vi esa imagen en las teles de aqui aunque al parecer sí la dieron en las de alli, vi la de Bush sirviendo el rancho).
2004-01-02 11:06 Daniel, si quisiera ocultar el detalle de que es costumbre militar estadounidense estropear un pavo para que brille, simplemente no hubiese recomendado tu artículo. El centro de mi argumentación no es otro que el hecho de que Bush (y tantos otros mandatarios modernos)haya ido a Irak única y exclusivamente a conseguir subir su índice de popularidad. Lo del pavo no es más que el chiste fácil al que todos nos agarramos. Saludos.
2004-01-02 16:23 Relativamente de broma. Este tipo de bromas, cuando pasan por verdades, alimentan esa hoguera que es el antiamericanos.