Juan nos pone un buen ejemplo de cómo combatir a la idiotez de la publicidad y la
Dictadura comercial. En un pueblo de Camerún, la Guinnes aparca un camión y monta una fiesta a base de cerveza y música: “Fue entonces cuando un viejo (más tarde supe que se trataba de un notable, uno de los nueve consejeros del rey) se acercó a la cabina, ordenó parar la música y se acercó a la multitud. Todos callaron mostrando respeto, y el viejo comenzó a hablar. De su discurso en lengua ngemba apenas entendí las palabras que dijo en francés “dictadura comercial”. Al terminar, los mayores que estaban en el lugar asintieron y fueron abandonando el lugar, cada uno en una dirección, mientras la música volvió a atronar. A poco los jóvenes se fueron yendo, tras acabar su cerveza y pagar.
Así terminó la “fiesta de la amistad” en Bamendjou. Duró apenas media hora.”