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Navidad en Panamá

Ya estamos de lleno en la Navidad y verán ustedes que los próximos días este libro no tendrá el ritmo habitual de otras fechas: menos anotaciones, en horarios extraños e, incluso y sin que sirva de precedente, algún que otro día sin anotar. Es la fuerza de la Navidad, que guste o no, arrastra a propios y extraños hasta sus fauces. Rolando Gabrielli, desde Panamá, nos explica algunas curiosidades en torno a estas fechas: Navidad en Panamá. Felices Fiestas.
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Un artículo del Libro de notas

Navidad en Panamá

de Rolando Grabrielli


Fin de año es una época de balance, el término de un ciclo. El año muda su piel, es verano al sur del hemisferio e invierno en el norte. Panamá es una excepción, este tiempo se llama estación seca.

La fecha sella el calendario de 365 días y en Panamá, como en el mundo occidental, la Navidad es la fiesta mayor que cierra cada año.

Hay prisa por estos días, entre las luces y las decoraciones se mueven miles de personas por las avenidas y los concurridos centros comerciales.

Un tiempo para dar, de reconciliación, época para regalar y celebrar espiritualmente, compartir con la familia y los amigos.

La nieve marca en el norte la fecha y en Panamá se derrite el tiempo en diciembre. El verano tropical es una curiosidad de la naturaleza.

Todo pareciera girar en estas fechas para poner en práctica una fórmula, el menú de la esperanza.

HISTORIA DEL ARBOL DE NAVIDAD

La Navidad se identifica tácitamente cada año con el árbol verde, el pino que viene de Canadá en los contenedores refrigerados y arribar a tierra firme perfuma con la fragancia de los bosques nevados, donde una osa cuida a sus dos cachorros confundidos con el blanco de la nieve.

En Panamá, la lluvia tropical en medio de la humedad, marca las horas, tiende, de acuerdo con la llegada de la estación seca a buscar un tiempo lleno de brisas y renovación.

La Navidad, desde luego, es el nacimiento del Niño Jesús en el mundo cristiano, un tiempo justo para la reflexión, el recogimiento y la paz.

Conspira con estas festividades del espíritu, un mundo cada vez más materialista, la gente aspira a llenarse más de cosas, objetos tangibles y transformar estos días en un hormiguero de compradores.

Difícil balance, compleja comunión de equilibrio entre el espíritu y la materia. Vieja polémica, pero nuestra época va perdiendo su espíritu.

Con frecuencia en las películas se habla del espíritu navideño, que es algo especial, un envolvente tiempo para disfrutar en familia, acercarse a Dios, comprar un ramo de flores y llevárselo un mediodía a la mujer amada. Todos debiéramos contribuir a mejorar la atmósfera que nos rodea, superar las diferencias, adornar el árbol personal con hechos, cambios y no sólo de buenas intenciones o propósitos.



El árbol es el símbolo de estas fiestas y viene del siglo XVI. En Estrasburgo, 1605,s e decoraron por primera vez los árboles navideños, y fue dibujado en 1796. La tradición que conocemos en nuestros países, proviene de la Gran Bretaña, época en que la reina Victoria y el príncipe Alberto fueron pintados junto a un pino en su castillo de Windsor, en 1840.

Esta tradición no alcanza los 200 años, pero vino para quedarse, junto con Papá Noel, Santa Claus, Viejo Pascuero, Santa, en fin, como se le llame en distintos lugares del planeta.

La Navidad tiene sus orígenes y misterios. El recorrido de Santa Claus para repartir los juguetes en el mundo.

EL VELOZ TRINEO DE SANTA CLAUS

La Navidad es ese gesto que un niño nos hace con su ojos, una señal desde la inocencia, la pequeña ventana que nos mira de adentro.

El periodista británico Roger Hihfield, dio una explicación de cómo Santa Claus cumple con su trabajo de entregar los juguetes a tiempo. Calculó que en el mundo, según datos de la UNICEF hace dos años, existían unos 2100 millones de niños menores de 18 años. Si estimamos 2.5 niños por casa, Santa Claus tendría que realizar unas 842 millones de visitas en un día y entregar un regalo por niño. Por suerte, según Highfield, cuenta con más de 24 horas. “Si su trineo viaja en dirección opuesta a la rotación de la tierra, tendría otras 24 horas extras para entregar sus regalos sin salirse del 24 de diciembre. Así cubriría una extensión aproximada en 335.6 millones de kilómetros, su trineo debería viajar a 2058 kilómetros por segundo.”

Para Highfield se trata de renos hembras o machos castrados, porque en esta época del año las astas de los machos se caen. El reno es la única especie, cuyas hembras tienen astas.

Yo prefiero en estas fechas, sentir el repicar de una campana que ya sé que lo hace por mí.
Marcos Taracido | 23/12/2003 | Artículos | Sociedad

Comentarios

  1. Cayetano
    2003-12-23 21:30 Feliz Navidad (Disculpas a los miembros de otras sectas)
  2. Aura
    2003-12-23 22:40 Felices Fiestas a todos, también.
  3. Ricardo
    2003-12-24 13:54 Para todos, que paséis felices fiestas junto a los seres que más amáis, que el amor, la salud y la fortuna os sonrían y no se alejen de vosotros ni de los vuestros en el año venidero, mis mejores deseos, desde España con cariño, siempre, Ricardo
  4. JR
    2003-12-24 15:44 Felices Fiestas, ¡y a no cometer demasiados excesos!

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