Hay tantas clases de censura, que para enumerarlas tardaríamos días. En Alemania los políticos exigen revisar las entrevistas antes de que salgan en prensa. Los principales periódicos decidieron publicarlas con tachones y todo. En Italia, Berlusconi compra todo lo que se mueva. En España, tenemos la llamada “publicidad oficial”, que si se retira puede mandar a un periódico a la quiebra. Y luego está la Ley de Enjuiciamiento Civil, que deja al ciudadano sin carnaval, sin respuesta al poder.
Miguel Martín: “En España, políticos y cargos públicos están parapetados tras la Ley de Enjuiciamiento Civil que considera la crítica satírica como falta al honor y penalizada en primera instancia a los medios, a los directores y a los autores con abultadas indemnizaciones que, a veces, obligan a clausurar la publicación sin que la sentencia sea firme. Periódicos y asociaciones de la prensa han propiciado que la modificación de la absurda ley entre en el Senado; pero los protegidos no tienen prisa en tramitarla.”
Censura democrática.
2003-12-08 21:39 La risa es sana. Si no quieren que nos riamos, que no hagan tanto el tonto.