Jorge Rouillon: “El hambre masiva en Ucrania, rica zona triguera, no fue causado por una sequía o una catástrofe natural, sino por razones políticas y provocado intencionalmente. Ucrania disponía de trigo suficiente, pero fue vendido al exterior. Entre 1932 y 1933 el régimen comunista decretó la requisa de toda la producción agraria para acabar con los campesinos independientes e imponer la colectivización en el país. Por órdenes del gobierno estaba prohibido todo comercio en zonas rurales, se prohibió abastecer a las aldeas con alimentos e incluso se fusiló a quienes usaban el trigo para pagar salarios (lo que está documentado en archivos de los organismos oficiales de la época).”
Un genocidio olvidado.