Con la chispa de comentar la serie televisiva de los setenta
Un hombre en casa Ibn Said enciende un texto melancólico y magnífico en el que vuelca en caída libre los recuerdos de otras series y programas, de otra sociedad ya perdida y a la que la tecnología ya no permitirá volver: “Mi memoria prefiere los mitos de la magia y de la inocencia. Pero tampoco me pidan que les cuente nada de estos mitos televisivos o me veré obligado a hablarles de Crónicas de un pueblo, y no sé si podrán soportarlo. Recuerden, sí, pero si olvidan tampoco se preocupen. Ahora, la televisión ¿a quién puede importarle? Si exceptuamos alguna épica remontada deportiva, algún momento de cultura pornográfica o la proclamación inoportuna de una próspera república, el tiempo que deberíamos dedicarle a este invento maligno es mínimo. Y puestos a tenerla en cuenta, no deberíamos minimizar su papel como elemento incorporado al totalitarismo de los media.”
Un hombre en casa. La televisión nutritiva.
2003-12-02 13:43 Gracias por el enlace y por el comentario, Marcos. Muchas Gracias. Un saludo.