“Parece casi grotesco preocuparse por las consecuencias económicas de una enfermedad mortal como el SIDA”. Y sin embargo no es posible referirse a la evolución de esta pandemia sin hacer mención a los efectos sobre las economías nacionales que la padecen. Así lo cree
Evan Davis al mencionar los avances en medicamentos y tratamiento y el coste sanitario de hospitalización, cuidado y atención de las personas afectadas. Y claro que resulta grotesco, incluso obsceno que en los países más desarrollados económicamente encuentren en este factor el elemento de importancia para el freno de la devastación; en eso también hay diferencias, porque en los países menos desarrollados la mayor preocupación sigue siendo la obtención de alimentos. Extraño mundo.
El costo del SIDA