“Sólo me interesan los analfabetos y las marujas. Cualquier persona que haya leído un libro en los últimos cinco años no me sirve como espectador ni, por descontado, como testimonio”. Estas lindezas se repiten a diario por quienes programan y dirigen las diferentes fórmulas de la llamada “telebasura”. Hace tiempo que perdí el interés en saber qué hay detrás de los talk-shows que inundan las cadenas televisisivas, aunque no por ello me pasa desapercibido el hecho de que
Mariola Cubells le saque lucro al nuevo pastel.
Confesiones de una fabricante de telebasura arrepentida: “Mentimos, engañamos, ganamos dinero, sobornamos, despreciamos, manipulamos concursos, tergiversamos informaciones, llevamos a individuos a la tele sabiendo que su aparición les destrozará la vida, diseñamos programas zafios sabiendo que lo son, somos racistas, estafamos a directivos de televisión…”.
2003-11-24 13:39 Es triste y preocupante. Pero me preocupa mucho más que esas mismas prácticas las lleven a cabo en programas que oficialmente no son telebasura: simplemente se maquilla todo eso bajo una capa de profesionalidad y periodismo de investigación. Y esto incluye a los telediarios.
2003-11-24 18:01 Lo terrible no es sólo el contenido del libro, que más o menos viene a rubricar lo que todos sabíamos o sospechábamos, sino que la periodista (?) no viera la “luz” hasta que se hubo sentido ofendida personalmente y posiblemente se sintiera obligada a escribir el libro por despecho o venganza, y no por principios. Saludos.
2003-11-25 10:38 ¿Y no habrá escrito el libro porque puede llegar a ser un negocio redondo? ¿Vio la luz realmente, o lo que vio fue otra forma de ganar dinero con la telebasura?