No estoy seguro de que el modo de enriquecer la cultura sea a base de subvenciones. Al fin y al cabo, la subvención puede volverse un peso difícil de llevar y un modo fácil y atractivo de comprar a los díscolos. Luis María Anson de la Real Academia Española pide apoyo para el teatro alternativo atinando de lleno, eso sí, en que sólo una ciudad inundada por todo tipo de espectáculos en sus calles, en sus teatros grandes y pequeños, en sus bares… será realmente cultural: “Hay que ayudarles. Necesitan licencias, subvenciones, publicidad. Nada importan ni sus ideas políticas ni sus aficiones eróticas. Mantener encendidas todas esas llamas furtivas es el mejor servicio que se puede hacer al teatro en España, al teatro en Madrid. El termómetro cultural de una ciudad sube o baja en la escena. Si Madrid quiere conservar su dimensión en el mundo de la cultura, si desea mejorarla, deberá cuidar, admirada y divertida Alicia, el teatro y, sobre todo, el nido del fuego teatral, todo ese mundo alternativo, abnegado, vocacional, provocador, de vanguardia dura, extraordinario.” Ayudar al teatro alternativo.