Por desgracia no tengo tiempo para seguir los avatares de los no sé cuantos personajes que pueblan el mundo paralelo de la prensa del corazón. Lo digo con cierto pesar porque veo que la gente se entretiene muchísimo. Pero me interesa más todo este tinglado por sus aspectos morales, sociales, legales que por lo que en realidad cuentan.
Andrés Freire: “Pero hay categorías enteras de personas públicas cuya vida privada no es tratada en los medios. Por ejemplo, si es lícito hablar de las vidas privadas de personas públicas, estoy convencido de que las costumbres amatorias de Karmele y Mariñas son más interesantes y jugosas que las de los padres de Jesulín. Es aquí cuando aparece la última ratio del argumentario de las gentes del corazón: el gastado sofisma, aceptado por algún legislador, según el cual desde el momento en que alguien vende exclusivas ha perdido el derecho a su privacidad. Algo así como decir que una vez que has sido puta, se te puede violar.”
¿Una profesión respetable?