De que
El monstruo devora a su creador tenemos ejemplos múltiples. De uno de los últimos tenemos ahora las consecuencias bien visibles, con casi 400 muertos norteamericanos en Irak y ni se sabe el número de civiles. El artículo de
Amir Taheri [*pdf] hace un interesante repaso del crecimiento del movimiento islamista radical al amparo de Reinos como el de Arabia Saudí, que lo utilizaba para acallar otros ruidos molestos al régimen y que ahora se ha vuelto contra él: “A los islamistas les enfurece también el anuncio, hecho el mes pasado, de que las primeras elecciones de la historia del reino se celebrarán al año próximo. De modesto alcance, estas elecciones afectan solamente a la mitad de los escaños de los concejos municipales. Por primera vez, sin embargo, tal vez se permita votar a las mujeres, algo que para los islamistas es un insulto, en un país en que a las mujeres ni siquiera se les permite conducir un automóvil ni viajar sin permiso escrito de un tutor varón.”