Siempre he opinado que el consumo es un acto estético. Desde un punto de vista nietzscheano, eso significa también que es un acto amoral. Por eso hay tantas objeciones al consumo como principal vehículo de la construcción de la personalidad.
Adela Cortina piensa de otra manera: “Tenemos un inmenso poder en nuestras manos. Si lo utilizamos bien, podemos cambiar el curso de la producción y, con él, el de la globalización que es, en buena medida, económica y política, y tienen que ser, ante todo y sobre todo, social y ciudadana. Sólo para eso es necesario que sean los propios ciudadanos los que se adentren en el mundo de sus motivaciones, los que sepan si quieren determinados productos porque los tiene el vecino, el personaje famoso de los programas rosa, o el muchacho desconocido al que Operación Triunfo llevó a la fama. Si los quieren porque fracasaron sus relaciones de amor o de amistad y desean compensar la decepción profunda, si la esperanza de que algo nuevo puede cambiar el tono de una vida monótona está en el fondo de todo ello, si el afán de adquirir una cierta personalidad, luciendo determinados bienes, les parece que merece cualquier precio.”
Ética del consumo.
2003-11-17 00:13 Voy a empezar hoy mismo a ejercer la etica del consumo y no voy a comprar su libro.