Se debaten (blandamente) las razones del actual antisemitismo y su crecimiento. Siempre he creído que el antisemitismo crece con el descontento y con la sensación de impotencia que haya en la sociedad.
Alberto Míguez: “Hay una ola de antisemitismo inducido que afecta a muchos países europeos donde antaño había ya raíces de trágico recuerdo. Negarlo es negar la evidencia, aunque resulte más cómodo y tranquilizador, como acaba de hacer Romano Prodi: convocar un Seminario al que serán invitadas figuras de la comunidad judía. Como método para diluir responsabilidades, no está mal. Pero la verdad es más difícil de avalar: la responsabilidad del antisemitismo creciente es de los propios gobiernos europeos, de los medios de comunicación de masas, de una cultura xenófoba y racista donde los prejuicios religiosos tienen mucho que ver. Y, desde luego, de la política exterior europea sobre Oriente Medio, que es un muestrario de hipocresía, incoherencias y doble moral. Ahí están las raíces del antisemitismo, no le den más vueltas.”
El antisemitismo inducido.