Eduardo Chamorro arremete contra aquellos que quieren elevar el spanglish a la catagoría de lengua: ” El spanglish es el producto de un denodado esfuerzo por sobrevivir en la mínima comunicación imprescindible para dar a entender que se busca trabajo, y conseguirlo. Coloca por sí solo en la situación más desventajosa para cualquier acuerdo, laboral o del tipo que sea. No es el cajun que se habla en el bayou de New Orleans, ni el inglés entrecortado y espasmódico de los negros que abandonaron el Mississippi en busca de los salarios de Chicago. Griegos, polacos, italianos, armenios, sirios, noruegos y tantos otros, jamás cayeron en el error de quedarse en el subidioma de la subsistencia. No abandonaron creencias, tradiciones ni liturgias. Añadieron el inglés a lo que sabían, se dejaron de componendas y remiendos, y entraron a saco en el país que es hoy lo que es gracias a ellos. Adornar el spanglish con un timbre de gloria y epopeya es irresponsable en el mejor de los casos e insultante en el peor.”
Idiotismos de la lengua.