Ayer me he comido un bocadillo en una conocida franquicia de bocadillos. El papel que lo envolvía lucía bien visible ¡Anunciado en televisión! Mientras masticaba trataba de averiguar si el anuncio del anuncio provocaba en mi paladar un mayor gusto o placer, o si mi ego crecía al ser consciente de que eso que bajaba hacia mi estómago había sido anunciado en la televisión. Porque el mero hecho de anunciar el anuncio supone que efectivamente habrá a quién sí le provoque mayor gusto o placer la deglución.
Psicología y marketing (1): Del control del laboratorio al caos de la realidad, de Oskar Pineño e Itxaso Barrios: “Las empresas tratarán de crear una necesidad y/o una preferencia por su producto, por encima de aquél de la competencia. Para ello básicamente emplearán técnicas psicológicas. Sin embargo, el que empleen estas técnicas no implica necesariamente que lo hagan con un conocimiento exhaustivo de los procesos psicológicos subyacentes: muchas veces se guiarán por una mezcla de ciencia e intuición que rara vez funciona.” Y por cierto, el bocata estaba bastante malo.