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Premio Turner: sigue la polémica

¿Quién se atrevería a definir lo que es o no es arte contemporaneo? ¿expresión artística, tomadura de pelo, cachondeo generalizado o alguna otra cosa?. Este conflicto conceptual vuelve a estallar con motivo de los Premio Turner: sigue la polémica. Hay quien piensa que lo que hay detrás es una mera posición de provocación, aunque sería difícil valorar por parte de quién: si de artistas o de los intereses que mueven la industria de la cultura. Desde fuera, el espectáculo cuando menos resulta rocambolesco.
Carmen Castro | 29/10/2003 | Artículos | Arte

Comentarios

  1. Jaime
    2003-10-29 10:55 No sé hasta qué punto es una tomadura de pelo. Pero a mí me encanta lo que hacen los hermanos Chapman.
  2. Salvador Ruiz Fargueta
    2003-10-29 12:29 Arte parece ser que es, según el diccionario de la Real Academia Española, cualquier manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros. Otra cosa sería decidir cual es bueno y cual es malo.
  3. Salvador Ruiz Fargueta
    2003-10-29 12:29 Arte parece ser que es, según el diccionario de la Real Academia Española, cualquier manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros. Otra cosa sería decidir cual es bueno y cual es malo.
  4. Cayetano
    2003-10-29 13:48 Al hilo del comentario de Salvador: “Otra cosa sería decidir cual es bueno y cual es malo”. ¿Qué es bueno, que es malo?. Tambien hay tonos de gris, también está por ver si lo malo es una cualidad o lo son ls diferentes tonos de gris. Pero tengo una opinión (como no). En general el problema no es que hace un artista, sino el artista mismo. Considero que cualquier persona puede realizar “operaciones artísticas” siempre que utilice sus propios recursos y no implique daño o menoscabo de terceros. Para entendernos un pequeño resumen: Fundaciones, Estado, o industria cultural recaban medios vía beneficios empresariales, vía impuestos, etc. gracias a que se protejen legalmente cierto tipo de prácticas obscenas (beneficios de banca, esclavitud laboral, sobrecarga de impuestos en determinados segmentos de población, etc.). Estos recursos forman parte de la “caja del arte” que permite a ciertos individuos vivir en una dulce ociosidad, o en un permanente estado de preocupación por cómo acceder a la caja del arte. Que alguien decida exponer felaciones de plástico, o montar un restaurante donde se sirvan fetos humanos o cochinillo (¿nuevo arte chino?) es algo que no me preocupa. Si me enfada que la “caja del arte” se alimente de mi tiempo y recursos. Tiempo y recursos que necesito para realizar mis propias “operaciones artísticas”. Que sean malas, mediocres o geniales es algo que a nadie debería importar siempre y cuando estas operaciones no consuman recursos de terceros. Hay que matizar más, explicarse mejor, precisar y debería aprender a comunicarme mejor, en especial con los escritores de catálogos o comisarios que gestionan la contabilidad de esa “caja del arte”. Por suerte para ellos ando muy ocupado conspirando para crear mi propio espacio donde realizar “operaciones artísticas” al más puro estilo diccionario de la Real Academia Española.
  5. Cayetano
    2003-10-29 17:32 Segunda parte, a modo de postre :-) Yo, mi, puede ser tú, él, ellos. Las llamadas “operaciones artísticas” son, en mi opinión, como el juego: divertido, inútil y necesario para reconocer y aprender sobre nosotros mismos y los otros. Que alguien juege y experimente por delegación (por tí) es, en mi opinión, como pretender ejercitar los músculos contratando a alguien que vaya al gimnasio por tí. Los ejercicios-juegos del Arte hay que experimentarlos, una gimnasia estética, con ejercicios para el desarrollo de la sensibilidad (tarea que se presupone hace el artista o el místico) no se hacen, no se sienten, no acaba de correr por tus venas. Dejar de mirar, de ser mero espectador, simple contribuyente económico, y pasar a ser actor. Experimentar el propio cuerpo (bailar, fingir, representar, inventar, soñar …) y evitar que tu tiempo y tu vida se te escape mirando atontado Los Grandes Acontecimientos de la Historia. De todo esto, felaciones plásticas, electrónicas, orgánicas, más o menos verdaderas realizadas en un ámbito de reconocido prestigio a esas mismas hechas en la intimidad o en el teatro de tu barrio, las separa el Hacedor de Catálogos. Es es Hacedor de Catálogos, quien da premios, quien bendice y reparte dineros y favores y aupamientos mediáticos.Los Chapman o los Calatravas (tambien hay hermanos), o los Ghery o Barcelós no me sirven ni a mí ni a muchos. Sus ejercicios no nos hacen ganar en salud, al contrario nos hace cada vez más fofos y nos embutrece cada vez un poco más. En mi opinión, otra vez más, es mi opinión, opino que … ¿Que ocurre cundo dejas de opinar y empiezas a actuar? Al Hacedor de Catálogos le entra diarrea, pero que nadie se preocupe, si algo les sobra es papel.
  6. El Contradictor
    2003-10-29 21:18 Comentan los entendidos que el arte ha muerto; eso sí, en diversos niveles y escalones de muerte, como si la muerte pudiera dosificarse en porciones temporales que alargaran indefinidamente la supuesta agonía. Pero que el arte no ha muerto (o bien, no ha muerto del todo) lo demuestra Cayetano con sus dos comentarios. Son puro Arte, con mayúsculas. Como ese tono cegador que recuerdas difuminado sobre una tela anónima. Como la sombra dodecafónica de una sinfonía que no acabas de entender pero que insinúa el sentido de tus días. También comentan los entendidos que para entender el arte contemporáneo es preciso adoptar una determinada distancia, que el arte actual se esconde, que la verdadera obra de arte no está en el objeto. Dicen los entendidos que para entender el arte actual hay que obrar aproximadamente como lo haría un filósofo. (Quizá por ello lo más interesante del arte contemporáneo sea la interpretación que de él hacen los filósofos). Tengo delante de mí una fotografía de una de las instalaciones de los Chapman para el premio Turner. No puedo disfrutar, in situ, de la instalación, pero he probado a tomar distancias con ayuda de la fotografía. La obra se titula SEX y es una interpretación o ampliación de ‘Grande hazaña, con muertos’, de la seria ‘Los desastres de la guerra’ de Goya. Pues bien, no sé si me he distanciado demasiado, pero yo no veo nada, nada de nada. No he logrado desocultación alguna. No me representa nada, ni me acompaña, ni me informa… Claro que yo no soy ningún filósofo. Me gusta la metáfora de Cayetano: ‘la caja del arte’. ¡Cómo estará de llena ‘la caja del arte’ que acaban de inaugurar en Málaga un Museo para un pintor insignificante! ¿Será cosa del Hacedor de Catálogos?

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