Rodrigo Fresán intenta sacarle jugo, o sangre, a la última de Bertolucci, Soñadores. Y no es que falle. Pero sacarle sangre a lo que ya está muerto cuesta. Soñadores es una película sobre Mayo del 68, ese parque temático que toda la izquierda europea dice haber visitado. Yo intentaría visitar el futuro, y pasar más tiempo en el presente. En caso de que se quiera construir algo, digo. En todo caso, Fresán se pelea con la película, intenta alguna interpretación benévola y se da por vencido: “Prefiero pensar cualquier cosa menos que Bertolucci filmó Soñadores para adoctrinamiento y consumo de los nuevos revolucionarios del nuevo milenio. Esos que —¿alguien puede explicarme por qué?— salen a luchar contra el G8 & Co. vestidos de utópicos mimos y payasos. Y pierden, claro.”
Dulces sueños.