Quizás la ficción no sea más que otra realidad, ni mejor ni peor, ni más ni menos intensa, sino sólo otra. A veces, como dos líneas del texto cuando se corre la tinta, se entrecruzan y mezclan por unos instantes.
Diario, de
David Álvarez: “Había conseguido rejuvenecer el diario un par de horas. Lo abrió por donde Kapuscinski, y no pude evitar leer de reojo y fijarme de nuevo en aquella cara regordeta que no me imaginaba mirando un ventilador en un hotel africano. Leí intentando que no lo pareciera. Sorprendido en los mismos pasajes que en el otro vagón, con las mismas ganas de retener algunas frases de gran periodista. Justo al terminar, el metro se detuvo, el tipo plegó el periódico, salió, lo dejó sobre una papelera y desapareció escaleras arriba.”
2003-10-29 18:00 Si es que no hay nadie como DAVID. Ole mi niño.