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Víctimas y aprovechados Luís Bandrés y
José Manuel Castells hacen méritos más que suficientes para ser linchados en público: hablan de que hay víctimas de ETA (mayoritariamente), pero que también hay víctimas del Estado y de la situación de enfrentamiento; y ya se sabe que todo lo que no sea el reduccionismo aznariano del oeste, es pecado e infierno: “Esta práctica desde el poder no es nada nuevo. Todos recordamos cómo el franquismo utilizó y organizó a los gloriosos caídos , a los combatientes excautivos, a los caballeros mutilados, etcétera, etcétera, como defensores y justificadores del régimen político, sirviéndose para ello del doloroso recuerdo vivencial de aquella espantosa Guerra Civil. El eslabón de la cadena no se ha roto, si bien han cambiado los eslóganes: las víctimas siempre tienen razón —si coinciden con mi línea política—; las víctimas representan la razón política y la justicia —aunque no se demuestre el monopolio de tales virtudes—; son los otros quienes por activa o pasiva son culpables de que existan víctimas.”