Parece que volvemos a la época de las peores actividades encubiertas de la CIA para derrocar o sostener Gobiernos, con la diferencia de que ahora se puede hacer ya abiertamente y presionar o chantajear para lograr el propio beneficio.
Miguel Ángel Ferrari habla de las injerencias estadounidenses en Bolivia, enezuela, Argentina: “Así como en Bolivia el papel de la representación diplomática de Washignton fue el de respaldar (o mejor dicho conducir) la estrategia de un gobierno corrupto, hambreador y represor. En otros países, como en el caso de Venezuela, su papel consiste en desestabilizar a los gobiernos que representan los intereses de la mayoría de su pueblo, especialmente de los sectores más postergados de la sociedad. La participación, desprolijamente encubierta, en el golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez, en abril del año pasado, es una cabal muestra de la actitud intervencionista a la que hacemos referencia.”
¡Cuidado con los embajadores de Estados Unidos!