Blanca Álvarez está indignada porque le hayan concedido el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia a la autora de Harry Potter. Y la verdad es que el asunto suena forzado, un poco estridente y, en cualquier caso, extraño: “Claro que Annalena resultaba poco presentable para una campaña publicitaria y, además, tendrían que escuchar su sensato discurso sobre la injusticia, el dolor y el basurero en que hemos convertido al sur del globo terráqueo. ¿Una barbaridad de mal gusto!, vamos, como hablar durante la cena de flatulencias o necesidades escatológicas. Nuestros intelectuales son muy mirados con eso del buen gusto, ahora llamado glamour (con boquita de piñón alternativa a la hora de pronunciarlo) y han buscado, para las fotos y la ceremonia del Príncipe de Asturias, algo que no moleste y a la par les sirva para soltar las enjundiosas razones, postmodernas y globales, que les impelieron a la elección de la Rowling sobre la libreta y la grabadora del pobre periodista de turno al que le toque cubrir el evento.
”. Dictadores, poetas, intelectuales.