Me ha sorprendido un artículo de J.F. Martín Seco en el que habla del equilibrio de poder (o la falta de) en el mundo. Dicen lo evidente, que la miseria genera violencia. No sé, quizá lo que me sorprendió es el tono, como un desencanto. Una sensación de impotencia e insatisfacción que, sospecho, va creciendo en Occidente. “La política del Fondo ha generado más revoluciones que cualquier teoría marxista. El cinco por ciento de la población, los satisfechos, podrán imponer su orden y su política al resto, lo que difícilmente van a conseguir es que el resto lo acepte de forma pacífica. Cuando se condena a la opresión y a la miseria a gran parte de la humanidad, el orden instaurado puede ser todo menos estable y la violencia, de una u otra forma, siempre estará presente.”
Tiempo de revoluciones.