Sánchez de Lozada ha dimitido como presidente de Bolivia y ha huido del país. Parecía la única medida razonable —la de dimitir, se entiende—, pero no sé si hay muchas razones para el optimismo; aún suponiendo que el nuevo presidente, Carlos Mesa, consiga aunar los distintos bloques del país y hacer una política de consenso, tendrá que soportar las presiones del extranjero que ven en este pequeño país una nueva fuente de ingresos.
Alejandro Campos: “En ese marco, también se señaló que agentes de inteligencia del gobierno intentaron acallar a algunos medios de comunicación, particularmente de radio y televisión, y que se intentó secuestrar ediciones de medios de prensa.
Aunque las autoridades lo negaron, los responsables de varios medios de comunicación particularmente duros en sus críticas a Sánchez de Lozada ratificaron esos intentos de coartar la libertad de expresión.”
La dimisión y huida de Sánchez de Lozada.