El asunto entre Israel y Palestina no hace más que empeorar, empujado por los fanáticos de ambos bandos y los apoyos externos interesados. Pero
David Grossman no entra en la disputa internacional, sino en las poco democráticas maniobras de ocultamiento y manipulación interna que lleva a cabo el gobierno de su país.
Escuchad a los pilotos [*pdf]: “En el fondo, el mensaje de los pilotos es que, incluso aunque los palestinos hoy en día son capaces de atentar gravemente contra Israel y sus ciudadanos y pese a que los líderes terroristas responsables del asesinato de decenas de civiles israelíes sean un objetivo legítimo, con todo esta guerra es la guerra entre una potencia militar y una población civil, y en una guerra así es la potencia militar la que debe ponerse unos límites realistas y éticos, a pesar de que el Ejército israelí no atente de forma intencionada contra los civiles inocentes y todo se produzca en el contexto de una lucha vital contra el terrorismo. En cualquier caso, la predisposición del Estado de Israel a contar con la posibilidad de provocar la muerte accidental de ciudadanos supone un desprecio por la vida humana y es parte del deterioro enorme y continuo fruto de la ocupación.”