Ahora que el Papa está en las últimas, empiezan a aparecer por todas partes artículos sobre su trayectoria, prácticamente notas necrológicas.
Carlos Martínez García: “Mientras a lo largo de dos décadas y media se ha fortalecido la papolatría, siendo Karol Wojtyla el telepredicador por excelencia, la Iglesia católica languidece por todas partes. El exacerbado clericalismo, que hace a los feligreses meros espectadores de ceremonias sacramentales, es buen abono para que sean atraídos por cultos y confesiones religiosas donde desempeñan papeles más activos. Quien crea que las multitudinarias misas de Juan Pablo II, así como las fuertes emociones que levanta en millones de televidentes, son signos de vitalidad de la Iglesia que encabeza, está confundiendo un fenómeno mediático con una fe firmemente internalizada.”
Papa fuerte, Iglesia débil.