Javier Guerra reflexiona sobre el uso del ordenador en el arte, enumerando formas y modos, haciendo historia de ese uso y analizando posibilidades y problemas en este artículo que promete segunda parte:
El ordenador como herramienta en el arte (I): “Pero la inquietud artística no se ve acotada por la cada vez más voluminosa oferta comercial de programas y equipos existentes, y algunos creadores optan por hacerse su propio software y modifican su hardware o lo complementan con periféricos a fin de lograr un objetivo concreto: la máxima personalización, en una alquimia a la que también contribuye la elaboración de macros y extensiones que moldean a la medida del artista y la obra su soft y su hard. Destacan, por derecho propio, en este ámbito, las demos de ordenador, verdadero prodigio interdisciplinar y de arte corporativo que ha generado todo un movimiento underground alrededor suyo conocido como demoscene.”