“En un país en el que las mujeres no sólo deben cubrirse el cuerpo y el cabello, sino que apenas tienen derechos, la lucha de las defensoras de los derechos de las mujeres es tan infructuosa como el trabajo de Sísifo”. Shirin Ebadi, como Sísifo, luchando por las mujeres en Irán . Sísifo fue castigado a empujar sin cesar una roca hasta la cima de una montaña, desde donde la piedra volvería a caer por su propio peso. Y lo que podría ser interpretado como un trabajo inútil, se convierte en el control del propio destino. Y así parece ser el camino y los esfuerzos en la defensa de los derechos de las mujeres, a veces dolorosos, a veces esperanzadores y otras veces ni siquiera hay energía para intentar definirlo. Ebadi sabe de eso, como muchas otras mujeres comprometidas; y después de 25 años de incansable dedicación a la defensa de los derechos de las mujeres y de la infancia desde Irán, ha sido galardonada con el Nobel de la Paz: “Lo más importante no es qué religión, lengua o cultura tenga uno, sino que se crea en los derechos humanos”. [Vía singenerodedudas]
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Shirin Ebadi no se considera una revolucionaria, ella no quiere hacer ninguna revolución sino que pretende cambiar las cosas utilizando la ley, la lógica y el sentido común; Un Nobel para la Democracia descubre el perfil de esta activista que se declara musulmana convencida, aunque de la interpretación que ella hace del Islam, a la que que realizan los ayatolás hay una gran diferencia. Ebadi exige la supresión de la lapidación y amputaciones en Irán.