BookCrossing, ya saben: una red organizada de gente que deja libros en lugares públicos para que otros los encuentren, los lean ylos vuelvan a dejar para que siga el ciclo. La idea es muy buena, sobre todo pensando en niños y adolescentes: ese punto de aventura, de utilización de la red para localizarlos, de cierta transgresión, de laberinto, de aire detectivesco… puede promover a la lectura a gente que quizás de otro modo no se acercase a los libros.
Meritxell Cárdaba escribe la historia del movimiento y expone sus características:
Por favor, ¡líberame!