Paul Krugman llama falacia a eso de pensar que existe una sola masa de trabajo, que si se pierden empleos ante la competencia exterior no se podrán crear otros nuevos o que si se reduce la semana laboral (como en Francia) habrá más trabajo para repartir. “Pensar en términos de masa de trabajo fomenta la paralización de las políticas; ambos alimentan el proteccionismo. Si la gente deja de creer que la economía puede generar más empleos, exigirá que protejamos los existentes contra los competidores chinos y de otros países. Los economistas pueden explicar hasta el hartazgo por qué sería una mala idea limitar las exportaciones desde países en desarrollo, así como la conveniencia, económica y diplomática, de mantener abiertos nuestros mercados a nuevos productores. Pero de poco valdrán los argumentos teóricos en favor del libre comercio si la experiencia real de los empleos perdidos a causa de la competencia china no se puede contrarrestar con la promesa creíble de que serán reemplazados por nuevos puestos.”
La masa de trabajo es un cuento.