Alvin y Heidi Toffler alegan que Naciones Unidas tiene que cambiar; no dicen cómo debe ser ese cambio, pero sí explican las razones: “La ONU está perdiendo influencia porque es poco más que una asociación comercial de naciones-estados o seudonaciones, en tanto que otros gladiadores han salido a la arena global y empiezan a exigir el acceso a esas bancas, “sedes del poder”. Las naciones y/o Estados ya no son los únicos árbitros mundiales. En los últimos 25 años, otras fuerzas han devenido en actores formidables, entre ellas las multinacionales, los mercados monetarios y de bonos, las religiones universales renacientes, los miles de organizaciones no gubernamentales y los llamados “organismos intergubernamentales”, como la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial y el FMI. Muchos de ellos invalidan el predominio de naciones y Estados individuales. Y, sin duda, diluyen el poder de la ONU.”
¿Podrá sobrevivir la ONU?