Gobernator ha llegado, como resultado del derecho a pataleo y la necesidad de cambio del pueblo de California; hay quien se rasga las vestiduras e incluso quien intelectualiza el fenómeno pretendiendo hacer cátedra del análisis comparativo con la trayectoria de Ronald Reagan. Martín Ferrand opina que no hay ninguna semejanza entre ambas: “Reagan fue el fruto de una carrera bien calculada y Schwarzenneger el resultado de una coyuntura”. Y aunque la sociedad del espectáculo es el envoltorio perfecto, no sería suficiente para justificar el intento de desprestigiar al actor austríaco, porque si de credenciales y avales se trata, Ferrand aporta alguno: “cada músculo de Schwarzenegger es el fruto de un esfuerzo inmenso. Con ellos consiguió superar una difícil emigración y hacerse un lugar en el espacio americano. Ganó su primer millón de dólares como promotor de un gimnasio en el que otros trataron de seguir su camino. Ahí hay fuerza humana y talento empresarial”. ¿No es eso más de lo que algunos aspirantes, pretendientes o incluso governantes pueden acreditar?. Schwarzenegger y la nueva política.