Comentarios

1. miriam
   2003-10-14 00:39 coetzee, nobel
2. alfredo
   2004-02-24 20:33 Yo tenía cierto escepticismo con la obra de J.M. Coetzee; de todas maneras al entrar a una libreria y hojear algunos de sus libros me dió curiosidad y compré: “La Edad de hierro” y “En medio de ninguna parte” y ambos me fueron poseyendo y terminé casi obsesionado con sus personajes y en especial con el ámbito de soledad, crueldad y la terrible exploración que el autor, en un ambiente casi despojado de afeites literarios y en medio de un minimalismo en la acción y en las intenciones psicologizantes, nos lleva, de una manera “dantesca” a los infiernos personales, que no se agotan en las historias de individuos perdidos y anónimos, sino que expresan de una manera dolorosamente lúcida la historia, los traumas, y los rencores de una nación que todavía no logra consolidarse después del apartheid. Puede ser que su obra, por lo menos estas dos que leí ( porque quisiera leer toda su producción) rezuma pesimismo y exprese un total desencanto en esa violencia contenida que en sus historias explota hacia adentro; porque en sí no tiene una intención sociológica o de hacer novela-histórica y evidenciar una sociedad turbulenta. La línea es más sutil, como una especie de bisturí subjetivo que está cortando tejido humano donde se encuentra lo colectivo y lo individual. Además sus recursos literarios son contundentes, elaborados, lúcidos y insuflados de una estética de lo terrible, de lo decadente, de los espacios cerrados e incestuosos, con personajes que en la realidad serían repulsivos o semi-monstruosos, pero por su condición pueden tener una visión implacable de su entorno y de lo que allí está implícito. Buena elección la de este Nobel; es una escritura más dolorosa y visceral. Quizás a Vargas Llosa le llegue su momento. Es muy talentoso y tiene oficio, pero nunca la lúcida intensidad de tono oscuro, con una violencia más destructiva que en las expresiones donde explota la sangre roja; aquí hay algo más subterráneo y por ello más denso y con mayor huella para el que sintoniza su condición de ser humano contradictorio y sufriente.