El artículo de
Victor A. Cheretsky es ilustrativo de lo asquerosas que pueden llegar a ser las relaciones internacionales en lo que a política se refieren. El doble rasero de Bush es manifiesto en sus magreos con Putin, hombre peligroso y que, de gobernar un país menos armado que Rusia sin duda estaría muy cerca de Sadam en la lista yanqui de los más buscados. Sin embargo, una cosa si les une: ninguno de los dos tiene el más mínimo escrúpulo: “Y como si fuese poco, amenazó con “estudiar a fondo el tema de las violaciones de los derechos humanos en el Irak ocupado y en la base de Guantánamo”. Así respondió a unos periodistas norteamericanos “descarados” que se atrevieron a interesarse por la situación en Chechenia. Una respuesta chantajista, digna del teniente coronel Putin, buen alumno de la escuela del KGB.”
Putin, una amistad peligrosa de Bush.