Borja Vivanco Díaz hace un breve recorrido histórico de la crisis del petróleo de 1973 a la actual sociedad de la información. Explica cómo el conocimiento, un factor cualitativo más que cuantitativo, se ha convertido en el principal recurso empresarial para la competitividad. Pero también tiene dudas: “Entonces, ¿el conocimiento será un activo para generar crecimiento económico equilibrado o, por el contrario, profundizará todavía más en las desigualdades? Todo parece indicar que la distribución del conocimiento continuará siendo significativamente asimétrica. De momento, es evidente que el ritmo del incremento de la capacidad para crear o compartir conocimiento es superior a la articulación de mecanismos para hacer efectivo que sea extendido de forma más ecuánime, también entre los colectivos sociales, organizaciones y países más desfavorecidos.”
De la crisis energética a la economía del conocimiento.