Martín-Miguel Rubio Esteban: “Arrieros, rabadanes, coristas, huidores de su propia sombra, cantantes, perseguidos, mercaderes, putas caras y baratas, tratantes, princesas, enfermos de amor, sodomitas, lesbianas, bardajes, chulos, locos, alcahuetes, profetas, ladrones, balandrones, jóvenes prófugos de la casa paterna, truhanes y caballeros andantes. ¿Y no es el programa de Javier Sardá la mejor adaptación de aquella posada cervantina?”
Elogio de la telebasura.
2003-09-28 13:08 Supongo que todo es relativo, pero si no tomamos una mínima referencia cualquier juicio acaba careciendo de valor.Como broma vale,aunque de seguir así acabaremos viviendo y ,supuestamente, “pensando” en un inmenso y surrealista estercolero.
2003-09-28 14:06 En mi opinión no es una cuestión moral, sino estética. Comparar Crónicas et alii con las tabernas cervantinas es falaz: compara ficción con realidad: lo hermoso de las tabernas cervantinas es la prosa de Cervantes; y sinceramente, no veo nada parecido en la de Sardá. Y aún si pensamos en las tabernas de la época de Cervantes… lo hermoso, de haberlo, sería participar en ellas. Lo de Sardá se trata de un espectáculo taurino: observamos inactivos la sangre y las heces de toros y torero. Saludos.
2003-09-28 18:49 Un aire de patio de Monipodio sí que tiene el circo marciano, ¿o no? Saludos.