El regocijo general por la absolución de Amina Lawal es muestra de cómo funcionamos por estos lares: se nos pone un icono, se corre la voz y todo el mundo lucha y se siente encantado de conocerse por luchar por salvar la vida de ese icono. En general, nada de lo que haya alrededor de ese caso nos importa. No nos interesa saber si lo mismo ocurre en otros países y ni siquiera tenemos muy claro por qué es tan injusto que la lapiden (¿es por la brutalidad del método? ¿por que es inocente? ¿porque aunque sea culpable no se la debe castigar así? ¿porque es víctima de una ley básicamente machista? ¿por todo eso junto?). Dudo mucho que las ONGs y toda la gente que apoyamos a Amina demos un duro ahora por la suerte del hombre que acaba de ser condenado a la misma pena por haber sodomizado a unos menores.
Otis B. Diftwood,
El grano de arena: “sería un error que los gobiernos occidentales, y sobre todo la prensa que es la que trae a nuestras conciencias casos como éste [...], caigan en la tentación de aparcar del todo este problema ahora que Amina está en la calle. Aún persisten estos castigos inhumanos como la lapidación, la ablación del clítoris, la amputación de miembros y muchos otros, y es deber de ellos (prensa y gobiernos) seguir presionando para que estas prácticas acaben por ser cosa del pasado.”
2003-09-27 15:52 Lo malo de este y los precedentes casos, es que se consigue salvar al reo, digo bien, lo malo, por que resulta TAN FACIL aplacar tu conciencia con mandar un mail que crees haber hecho algo en bien de la humanidad y es mentira no has hecho NADA, es como dar limosna, te permite dormir tranquilo, pero no soluciona el problema.
2003-09-27 21:24 Una vez más (y van…) gracias por el enlace :)