Julio César Moreno: “En las elecciones del 24 de agosto en la ciudad de Buenos Aires
como antes, en las presidenciales del 27 de abril se observó un fenómeno novedoso y, a la vez, inquietante: la virtual desaparición de los partidos políticos tradicionales y la formación de agrupamientos electorales de incierta duración en torno de la figura de un candidato. En ninguno de los dos comicios el radicalismo superó el dos por ciento de los votos, y el justicialismo no se presentó de modo orgánico.” Dice inquietante, y en el resto del artículo aboga por el retorno de los partidos. En otras palabras, se trata de una opinión conservadora: cuanto menos directa sea la democracia, mejor. Los grupos electorales que se hacen y se deshacen según los apoyos ciudadanos que puedan conseguir, construidos más bien como redes, podrían ser el futuro de la democracia, y se está viendo en Argentina.
Partidos y multitud.