En Barcelona, los periódicos hicieron una campaña sobre la falta de civismo, mejor conocida como mala educación, que se está adueñando de la ciudad. Me gustaría que se dieran una vuelta por mi ciudad; en comparación, los barceloneses son unos angelitos.
Quim Monzó: ”¿Y qué van a hacer? El principal problema del incivismo es que durante décadas la ciudadanía ha dejado que arraigue en sus hábitos. No es sólo el ruido, la suciedad, la absoluta falta de respeto hacia los demás, o que el vecino de la Barceloneta que aparecía en la foto publicada en la primera página salmón de La Vanguardia del jueves duerma en un banco público, sino que toda señal de urbanidad ha sido borrada del mapa en este periodo en el que, con el fin de la dictadura, muchos confundieron la gimnasia de la libertad con la magnesia de la falta de educación, y así criaron a sus hijos.”
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