Jaime Riera Rehren: “Lo que no sabíamos los exiliados, o por lo menos no lo sabíamos cabalmente, era que el brutal desarraigo a que nos condenaban constituía, a partir de aquellos años, una condición generalizada de la casi totalidad de los chilenos, especialmente de los que se habían quedado en Chile. Quiero decir que las raíces de aquella comunidad, unida en fracciones opuestas por la práctica de la rebelión, se habían quedado bailando en el aire al imponerse el principio inapelable de que en el futuro y para siempre las decisiones, todas las decisiones, las tomaría y las llevaría a la práctica un poder y una autoridad autolegitimados en nombre de una misión superior.”
30 años de democracia en Chile.