El simple hecho de pensar que alguien, en algún sitio, en la madrugada, se sienta delante del televisor y selecciona el canal donde emiten Teletienda me pone los pelos de punto. Y aunque, como a la Santa Compaña, nadie la ha visto, haberlos haylos, sino no emitirían el programa. ¿Son héroes? ¿Enfermos? ¿Visionarios? ¿Consumidores compulsivos? ¿Nostálgicos de
Vacaciones en el mar?
Alfredo Martín-Górriz analiza en profundidad el programa más irreal de la televisión,
Teletienda: “Y es que Teletienda es la degeneración de la alta comedia americana, llevada hasta el límite de tomarse en serio a sí misma debido a las leyes del mercado, lo que no quita calidad a su humor. Esta parodia de los tiempos fenicios (y sin valores) que vivimos (con una valiente apuesta por la crítica social y la exaltación de la ética) tiene una serie de rasgos, productos y humanoides recurrentes, que podemos considerar como hilo argumental de este programa anárquico y revolucionario, como el eje de algo en perpetuo cambio”