La violencia es cada vez peor en Irak, un país que desde su fundación por los ingleses después de la Primera Guerra Mundial sólo se ha mantenido unido por la violencia.
Robert Fisk analiza a los sospechosos en el atentado de la mesquita de Nayaf. No encuentra a los culpables, pero su conclusión es que el caos todavía no ha llegado a su máxima expresión. “El general Ricardo Sánchez, comandante de las fuerzas estadunidenses en Irak, dijo sólo 24 horas antes del atentado que no eran necesarias más tropas. Es claro que se requieren, si es que el militar desea contener la impresionante violencia que se ha apoderado del “Irak liberado”, porque lo que está pasando en la patria sunita, en torno a Bagdad, y que ahora retoña en la nación chiíta del sur no es sólo la respuesta a una invasión ni una creciente guerrilla contra la ocupación. Se trata del principio de una guerra civil en Irak, que consumirá a la nación entera si sus nuevos gobernantes no abandonan ya sus fantasías neoconservadoras y le ruegan al mundo que comparta con ellos el futuro de ese país.”
¿Quién quería muerto al ayatola Mohamed Baqr al Hakim?