Dicen que para mucha gente el inicio de Septiembre se convierte en algo terrorífico manifestado por el síndrome post-vacacional; la vuelta a casa y la rutina de sus propias vidas parece ser la causa. Sobre las ataduras y empequeñecimiento de la vida cotidiana escribe
Espido Freire; porque Septiembre es también la renovación de colecciones,
por fascículos. “Anuncian docenas de colecciones, fascículos y miniaturas, y yo me pregunto quién puede estar interesado en un kit de mosaico, en colocar uno a uno de una vitrina diminutos huevos de pascua, o en atesorar cascos históricos”.