La columna “Aprender hoy” que
Antonio Battro publica semanalmente en La Nación (Argentina) es una de las más interesantes en el campo de la educación. Esta vez trata de la metáfora como instrumento para la enseñanza y viene a probar que no es obligatorio que la imaginación, el trabajo y el placer tengan que desaparecer de la educación. “La ciencia y la poesía viven de metáforas, de “modelos” que guían el conocimiento y la imaginación. A medida que el alumno crece, también se expande el valor de la metáfora como un poderoso motor de la creatividad y de la explicación. La metáfora sirve de puente entre diferentes modalidades sensoriales. Además, gracias al valor integrador de las nuevas tecnologías digitales, las metáforas pueden expresarse en un soporte multimedial, común, inmensamente rico y de gran belleza. Basta con proponer una metáfora como tema, armar un equipo de trabajo con videos y cámaras digitales y salir de expedición con los alumnos a capturar imágenes y sonidos.”
El buen uso de la metáfora.