¿Se volverá inviable la cultura de masas? ¿O encontrará otros cauces de imaginación, producción y distribución? Igual que con la industria musical, no siento ningún pesar porque la industria del cine empiece a sufrir por la piratería. Dedico poco tiempo y casi ningún dinero a esos productos. Hace mucho que no compro un CD, y casi nunca voy al cine, tampoco participo de manera alguna en la piratería. Las industrias, sin embargo, se quejan y advierten de que mucha gente se quedará sin trabajo.
Guillermo Rodríguez: No cuesta demasiado esfuerzo imaginar el futuro que se nos avecina. Aparte del trabajador que pica nuestra entrada, cuando vayamos al cine deberemos atravesar un detector que señale si llevamos una cámara digital metida en la sobaquera o en la entrepierna. Una vez más acabarán pagando justos por pecadores. ¿Soluciones? Las mismas que sucede en el sector de la música. O sea, pocas. Aunque tal vez los estudios de cine lo tengan un poco más fácil. En tiempos de crisis, todo el mundo lo sabe, se agudiza el ingenio. Lo mismo, en vez de ser responsable de la crisis del cine, la piratería provoca chispazos de imaginación, buenos guiones y desarrollos mucho menos estúpidos que los que definen a la mayoría de las películas que copan las carteleras. Tal vez, sólo tal vez, la piratería acabe siendo el catalizador que devuelva el amor por el cine bien hecho y pensando en detrimento de las películas de explosiones, asesinatos y chistes burdos.”
Piratas de película.