Insultar es un arte. Si se insulta sin peso, sin gracia, sin tino ni pasión pasa lo que le pasa a Zapatero: se mancha uno mismo. ¿Es este el camino que piensa seguir el socialismo español para reconquistar el poder? ¿El insulto fácil e infantil? “Con ese conato de batalla dialéctica que se ha quedado en ventosidad de categoría pulga, ambos, Zapatero y Aznar, han dejado pasar la oportunidad de introducirse en el circuito profesional de pillos y petardas que engalanan nuestras horas televisivas al grito de cocainómano el último, sin que las advertenecias del presidente sobre la tele-basura hayan contribuido, precisamente, a aplacar las ganancias fáciles.”
Pablo Planas,
«Covarder» así como suena.