Arístides Segarra: “No dudo que todos los niños reaccionen de la misma forma ante la televisión. Con estupefacción: admiración que bordea el estupor. Este último concepto es muy interesante, pues une una fuerte disminución en la actividad de las funciones intelectuales, que bien podríamos llamar aniquilación, y la inmovilidad causada por una gran admiración, por una viva emoción. Dos palabras de la misma familia parecen apropiadas en este contexto: estúpido y estupendo. El significado de la primera: aturdido permanentemente. El de la segunda, digno de causar estupefacción. Sin duda es un abuso lingüístico que justificaría una demanda judicial por parte de la Real Academia atribuirle un significado positivo. O es simplemente estúpido.”
Libertad de elección.