Siguen llegando noticias de Irak. Muchas tienen que ver con el racionamiento del agua para los soldados: una idea absolutamente genial en pleno desierto. Otras con la mala calidad de la comida. Faltan suministros de todas clases; tanto que hay tanques y camiones que quedan abandonados porque no llegan los recambios.
Paul Krugman: “No sorprende que las zonas en guerra espanten a los contratistas civiles y sus aseguradoras. The Financial Times informa que el pésimo papel en Irak ha suscitado una viva preocupación en cuanto a qué pasaría en una guerra contra un adversario serio, digamos Corea del Norte. La privatización y la tacañería en el sector militar forman parte de un esquema. Por razones ideológicas y, sospechamos, por el padrinazgo implícito, nuestros gobernantes actuales parecen resueltos a transferir los servicios públicos a corporaciones privadas, sean cuales fueren las circunstancias.”
Sin agua y sin comida.