Me interesa la religión en tanto poderoso productor de estereotipos, costumbres y prejuicios en la sociedad, es decir, como constructora de sociedades e influyente perenne. En ese sentido, nuestra sociedad patriarcal se sustenta en la religión.
Juan José Tamayo pide un lenguaje religioso que evite la visión de un Dios exclusivamente masculino: “No se pueden seguir utilizando las imágenes sobre Dios del patriarcado, que establecen relaciones de sumisión y dependencia entre las jerarquías religiosas y los creyentes, y legitiman esas mismas relaciones en la sociedad. La teología feminista se inclina por imágenes relacionadas con la naturaleza, como agua, fuente de vida, fuente de todos los bienes, luz, viento vivo, que expresan la unidad con el todo y están en plena sintonía con las empleadas por los místicos y las místicas.”
Nuevo lenguaje sobre Dios en perspectiva feminista.