Eduardo Gudynas escribe sobre los indicadores de “riesgo país”, que sirven para tener una idea del riesgo que supone invertir en un país o en otro. Las empresas que los generan los llaman “opiniones” y se miden con EEUU como medida cero (eso puede que se acabe, si sigue la actual política económica el Gobierno de Bush). “La influencia de estos indicadores es enorme y varios ejemplos lo atestiguan. Durante el desarrollo de la crisis argentina, en los noticieros televisivos en el horario central se brindaba día a día la calificación del riesgo país, tal como si fuera la temperatura, aunque se registraba un aumento constante. A inicios del 2001 el riesgo país de Argentina apenas superaba los 600 puntos, trepó a un pico en el orden de 5500 puntos a final del año, siguió subiendo durante el 2002, con un pico que superó los 7 mil puntos a mediados de ese año, para descender poco a poco durante el 2003 hacia los 5 mil puntos. Sus vaivenes seguían los debates políticos, reaccionaron ante los sucesivos cambios presidenciales, y en especial durante las campañas electorales.” Pero este tipo de indicadores, que también existen para empresas y otras entidades no toman en cuenta factores sociales ni ambientales. Una empresa energética puede decidir no mejorar los efectos contaminantes de una planta generadora si el indicador da tal calificación que los inversores retiren su dinero. Gudynas dice que hay que generar indicadores que emitan otro tipo de opiniones y que ayuden a crear una perspectiva más amplia sobre una empresa o un país y los riesgos de invertir en ellos.
La necesidad de una calificación de riesgo alternativo.
2003-08-14 23:51 El riesgo-país es una medida subjetiva del riesgo de crédito soberano, es decir, de la probabilidad de impago de la deuda de un país estimada por los inversores. El margen por riesgo-país que se aplica a la curva de tipos utilizada para calcular el valor actual de los flujos de pago, está intimamente unido con la tasa de recuperación estimada. El señor Gudynas persigue dos cosas que no tienen que ver con el concepto de riesgo-país y que posiblemente no tienen solución económica. Por un lado pretende asignarle al indicador de riesgo-país una función que no tiene. Si lo que desea es que se desarrollen indicadores sobre las bondades de invertir en determinado país o sobre su riesgo político es otra cuestión, pero no tiene sentido atacar a cualquier indicador financiero sólo porque suena a globalización. Por otra parte, lo que el señor Gudynas pretende en el fondo es obtener indicadores objetivos de calidad de vida, una medida que refleje en términos absolutos “los componentes políticos, culturales, sociales y ambientales del desarrollo” de un país, tarea harto difícil, ya que la teoría absoluta del valor hace mucho tiempo que fue desechada por los economistas por inviable.